¡Cómo muchos veniamos diciendo!

Pues eso, da gusto que todas las incompensiones que muchos hayamos podido padecer vayan dado lugar a que se exprese de una forma tan rotunda lo que veniamos diciendo con buenas formas.

Siento un gran alivio de que se confirme de esta forma que mi hijo no es sordomudo, que puede hablar y lo hace, y que por ello prefiere expresarse en español, porque ese es el idioma que ha elegido por corresponder al entorno en el que vive, puesto que su entorno no es el de quienes prefieren utilizar la lengua de signos.

"¡Cojones!... los sordomudos no existen... son sordos y sordas

Ya termina por cabrear, de verdad. Una buena noticia se trasforma en... otra cosa. Por cosas de algunos indocumentados que informan de lo que no saben. Sucedía en El Mundo, en su edición del miércoles... Víctor Fernández

La noticia era buena, muy buena. Un parlamento europeo más cuenta, desde ahora mismo, con una diputada sorda. Ya hay entre cinco y diez diputados y diputadas, sordos y sordas, en toda Europa. Y eso es positivo. No es que sea representativo, porque aún significan un 0,00001% de todo el parlamentarismo continental. Pero un poco es algo, para empezar. Por cierto, ya seria hora de que hubiera alguno o alguna en España.

De una cosa pueden estar seguros, para que eso suceda es necesario que algunos cabeza de chorlito dejen de serlo, y comiencen a llamar a las personas sordas por su nombre; o sea, sordos y sordas.

Son SORDOS: SORDOS y SORDAS, No SORDOMUDOS.

Las personas sordas pueden hablar... y hablan. Lo único que sucede es que prefieren expresarse en su propio idioma, que es la Lengua de Signos. Nada más. Pero NO SON MUDOS. De hecho, hablan por los codos. Desde estas humuldes páginas rogariamos que, antes de escribir una sóla linea sobre cualquier minoría; sea linguistica, como es el caso de la comunidad sorda; o sexual, como los colectivos LGTB. O incluso étnica, como las y los gitano que se documenten bien... joderrrr."